Deporte, salud y empresa

Resumen

La interacción entre deporte y salud es evidente, como ya apuntaba Martos (2010) en un anterior editorial, lo que confiere un gran abanico de posibilidades a la integración de esas disciplinas en la investigación académica y la práctica profesional.  En este contexto, tres de las principales líneas de trabajo son las siguientes:
En primer lugar, el papel de la actividad física y el deporte en la prevención de enfermedades como el cáncer o la hipertensión. Así, por ejemplo, en Estados Unidos, la creación del índice HCCRACT-R (Weinstein, Atwood, Puleo, Fletcher, Colditz y Emmons, 2004), un índice de riesgo de padecer cáncer de colon en función de diversas características sociodemográficas y de hábitos de vida, muestra como es importante incidir sobre la actividad física para reducir ese riesgo. En esa línea, el Proyecto PREVENT (Emmons, et al., 2005), una intervención programada para actuar sobre todos los factores de riesgo de cáncer de colon a la vez, se ha mostrado efectivo en cambiar esos comportamientos. La evidencia muestra que más el 50% de los casos de cáncer se podrían preveer si nuestro conocimiento actual de los factores de riesgo fuera exitosamente implementado.
En segundo lugar, la prevalencia de la obesidad infantil ha crecido en la mayoría de los países desarrollados de manera alarmante en los últimos 20 años, como señala la International Obesity Taskforce en su informe de 2005. De nuevo, la actividad física y el deporte, en conjunción con otros factores, es un elemento clave para luchar contra este peligroso problema de salud pública.
En tercer lugar, el envejecimiento de la población en algunos países, como el caso de España, produce un efecto importante sobre la economía del bienestar. Una de las consecuencias del crecimiento de ese segmento de población es el aumento de la demanda de servicios sanitarios, lo que produce un incremento no lineal de los costes para la sanidad pública (entre ellos, el coste farmacéutico). En este sentido, una adecuada labor de educación para fomentar la actividad física, podría reducir de manera notable los costes sanitarios, al mejorar la calidad de vida de ese grupo de población. (Leer + en PDF)

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Referencias/references

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Sterman, J. (2002). All models are wrong: reflections on becoming a systems scientist. System Dynamics Review, 18 (4), 501-531.
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Weinstein, N.; Atwood, K.; Puleo, E.; Fletcher, R.; Colditz, G. y Emmons, K. (2004). Colon cancer: Risk perceptions and risk communication. Journal of Health Communications, 9, 53-65.
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